miércoles, 5 de septiembre de 2007

4. Intercambios (Parte II)








Agradezco con mucho cariño la colaboración en el texto de Alejandra Sanabria

4. Intercambios (Parte I)

Intercambios, la historia de la humanidad está poblada de intercambios, ya sea de objetos materiales: alimentos, herramientas, máquinas, como de cosas inmateriales: conocimientos, adelantos científicos, bélicos, genéticos, etc. Algunos han sido benéficos, otros no tanto. Los que aquí nos atañen son los intercambios más cotidianos, los que realizamos todos los días cuando salimos a comprar lo del desayuno, cuando nos antojamos de algo que vimos en la calle, cuando necesitamos algún tipo de servicio: una remontadora, un corte de cabello, un sastre que arregle un vestido. Estos trueques, de alguna forma, han definido la historia de la humanidad, su supervivencia, no han sido tan notorios como los otros, pero su importancia es la misma. Las fotografías buscan retratar esos espacios comerciales que han sido desplazados por los supermercados, las grandes cadenas de comidas y los centros comerciales, pero que aún siguen en la lucha.







3. De Paso

De Paso, un caminante desprevenido que pasa por infinidad de calles, puede, de pronto, detenerse en un lugar, al frente de una casa contemplar sus formas, observar con detenimiento algo que haya llamado su atención; luego, sigue su camino y, lo más probable, es que esa experiencia quede en el olvido, es una relación efímera, destinada a durar lo que dura la sorpresa de su descubrimiento. Estos son solo instantes detenidos brevemente que pueden no volverse a repetir.






2. El Olvido

El Olvido, cuando una casa es abandonada, su camino a la decadencia no se puede detener, las paredes empiezan a perder color y todo se va llenando de un silencio gris, hasta las plantas que crecen en sus grietas adquieren este color. Es muy difícil saber el por qué del abandono, tal vez porque sus dueños eran muy ancianos y sin descendencia, porque nunca ha pertenecido a nadie, porque el Estado la tiene en el olvido. Las puertas permanecen cerradas y las ventanas cubiertas con ladrillos como si quisieran silenciar sus historias, como si ni siquiera a la luz del sol se le permitiera entrar a habitarla.





lunes, 3 de septiembre de 2007

1. Al Frente


Al Frente, la parte exterior de una vivienda nos proporciona una cantidad ilimitada de información, nos puede orientar sobre el estrato socio-económico, nos muestra el gusto estético de sus propietarios, el grado de atención a la vivienda y también nos da indicios sobre el sector en el que se vive. Una casa no es solo el lugar en el que se duerme, se come o se baña una persona, es un sitio que va determinando, que va conformando una forma de pensar, de sentir, de relacionarse ya sea de satisfacción o de desagrado. El capítulo está subdividido en tres apartados: casas rústicas, que pertenecen al proyecto original de “Trabajo de Campo en la Ciudad”, casas coloniales, hechas en bahareque, con tejas de barro, puertas en madera y pintadas con cal, estas pertenecen al periodo colonial y se encuentran preferentemente en el centro histórico, y bodegas, sitios especiales donde se almacena cualquier cantidad de elementos: llantas, carbón, carros, chatarra, alimentos, generalmente permanecen cerradas y guardan una especie de misterio sobre lo que conservan dentro.

Introducción (Parte V)


La división de los capítulos del libro se hizo teniendo en cuenta el tipo de relación de las personas con las viviendas, desde la del caminante que pasa al lado de la casa, sin detenerse, sin reparar por donde va pasando; la comercial, donde se intercambian objetos, comida y servicios; la indiferente, donde las casas son abandonadas y trozo a trozo se van desmigajando hasta las casa familiares, donde se vive, se duerme, se come.

Introducción (Parte IV)


Hacia una concepto de barrio Una ciudad es un espacio en el que convergen diferentes realidades, desde las masivas y emblemáticas hasta las más íntimas y personales de cada ciudadano, por esta razón no se puede realizar una definición visual de Bogotá recurriendo solamente a los tópicos como la Plaza de Bolívar, el parque Simón Bolívar, Transmilenio, Monserrate, Las Torres del Parque, el Parque de la 93, también hay que recurrir a otros lugares no tan identificables, más anónimos, pero que igualmente nos orientan y nos dan una identidad de la ciudad: los muros, las esquinas, los rincones escondidos, los callejones. Al Frente busca una definición de esta a través de las fachadas de las casas, desde ellas se interpreta la información sobre una forma de vida que pasa casi desapercibida en las grandes ciudades, la del barrio, que es una confrontación a la otra realidad de la capital, la del ritmo frenético, con cambios constantes y transitorios, los objetos desechables, los alimentos sintéticos, las distancias grandes, los horarios estrictos; la vida del barrio –sobre todo en los populares es una especie de refugio a los últimos vestigios de una forma de vida rural, con un compás más lento, sin mayores cambios, con un conocimiento del otro, del vecino, con ventas de frutas de cosecha, de matas de sábila, de hierbas aromáticas, con remontadoras de calzado, con sastres y barberos. Esto nos muestra la otra cara de la ciudad, la cotidiana y al mismo tiempo invisible.